El primer acto social que desarrolla el ser humano, luego de llorar, es alimentarse.
Luego de 6 meses de vida, introduce variedad de alimentos distintos a la leche humana o de fórmula.
En cuanto a la calidad de alimentos, la epidemia global que es la malnutrición nos hace pensar en implementar estrategias diferentes para cambiar aquellos patrones de alimentación que predispusieron y predisponen al desarrollo de Enfermedades Crónicas no Transmisibles. En este sentido, la OPS en 2017, con su documento “Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina: tendencias, efecto sobre la obesidad e implicaciones para las políticas públicas” analiza este fenómeno y propone a su vez una nueva manera de clasificar los alimentos, dependiente del grado de procesamiento de los mismos.
En cuanto a las metodologías sugeridas para la incorporación de alimentos, muchas sociedades científicas en el mundo, ya hace tiempo sugieren iniciar la alimentación complementaria con semisólidos, pero conservando su textura y evitando hacer un puré sin forma. La Organización Mundial de la Salud sugiere evitar alimentos aguados o muy blandos, que tienen menos densidad nutricional que alimentos más sólidos o espesos. Esta entidad plantea iniciar la alimentación complementaria con dichos alimentos espesos, e ir progresando paulatinamente la consistencia.
En nuestro país, la Sociedad Argentina de Pediatría no se ha pronunciado formalmente aún acerca del método Baby Led Weaning.
Según la Asociación Española de Pediatría, la alimentación complementaria (AC) se considera un proceso por el cual se ofrecen al lactante alimentos sólidos o líquidos distintos de la leche materna o de una fórmula infantil como complemento y no como sustitución de esta. En los últimos años las recomendaciones han cambiado numerosas veces, siendo notablemente diferentes de los consejos recibidos por la generación anterior.
Con estas actualizaciones, y teniendo en cuenta a la alimentación como un hecho familiar, social y fisiológico, la idea de este taller es dar herramientas concretas en cuanto a las primeras comidas, para que sean nutritivas, variadas, adaptadas a cada familia y que acompañen el desarrollo y crecimiento adecuado del bebé dentro del mejor contexto posible